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02 Feb 2015

En mayor o menor medida, todas las actividades que realizamos de forma cotidiana requieren de un gasto de energía. Esta pérdida energética la debemos recuperar periódicamente con las comidas que realizamos a lo largo del día. Así, siguiendo estrictamente la primera ley de la termodinámica, transformamos la energía contenida en los nutrientes que ingerimos en energía útil para nuestro organismo, mediante la digestión.

Los jugos gástricos del estómago –que contienen ácido clorhídrico–, juegan un papel central en este proceso, ya que son los responsables de producir un medio de pH cercano a 1, necesario para romper las moléculas de los alimentos en unas más pequeñas y más fácilmente absorbibles. Pero a veces, este proceso de digerir los alimentos en un medio ácido causa malestares, o incluso problemas de salud. En estos casos, hay que neutralizar el ácido con una base como las sales de frutas. O bien reducir la concentración de ácido con una sustancia como el omeprazol.

Actualmente hay disponible un gran abanico de sustancias químicas útiles para contrarrestar la acidez gastrointestinal, mediante diferentes estrategias, y ayudarnos a poder disfrutar de una cena sin ardor de estómago. Por ejemplo, las sales de frutas contrarrestan la bajada repentina de pH por medio de su reacción química con los jugos gástricos. De esta manera, se palían de forma inmediata los efectos de un mal funcionamiento biológico. Por otra parte, el omeprazol es un compuesto químico que inhibe una proteína específica de las células epiteliales de las glándulas de la mucosa del estómago, reduciendo así la producción de los jugos gástricos.

¡Qué dolor de barriga!

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