¿En pleno siglo XXI cómo podemos mejorar la vida del hombre utilizando la química?
Yo encuentro la respuesta en el sistema de purificación de agua por ósmosis inversa: la tecnología de ósmosis inversa se basa en un proceso físico-químico que impide el paso de las sales, cloro, nitratos, pesticidas y otras sustancias al agua que bebemos.
Encontré la inspiración para tratar este tema por un artículo que leí que decía que mueren al año más de 9 millones de personas por culpa del agua contaminada.
A partir de aquí me puse a investigar sobre los procesos de filtrado y purificación del agua y acabó naciendo este proyecto.
En algunos países se usa esta técnica para convertir el agua salada en agua potable y esta misma técnica es la que se usa para limpiar la sangre de los enfermos de falla renal dándole entonces el nombre de diálisis. Aunque nosotros podemos tener una pequeña máquina de ósmosis inversa en casa que haga apta el consumo del agua del grifo, que lo cierto es que este agua es transportada por tuberías viejas y oxidadas y se almacena en tanques que acumulan residuos tóxicos y metales pesados como el alquitrán hasta que finalmente llega a nuestro grifo.
En este vídeo hago una pequeña explicación sobre el funcionamiento de la máquina de ósmosis inversa y a la vez se muestran las imágenes de cómo fabrico la carcasa de uno para hacerlo funcional para la corriente doméstica.
(Aunque el experimento funciona es importante recordar que el agua que sale NO es potable ya que aun faltaría que el agua circulase a través del cartucho post carbón que se ocupa de mejorar el sabor del agua añadiéndole los minerales necesarios que se han separado del agua pura durante el filtrado).
Este invento es considerado el inicio de una revolución. Produce agua de excelente calidad para beber y cocinar que es ideal para una dieta sana y equilibrada.
A su vez supone un importante ahorro económico ya que la encontramos disponible en el grifo sin comprarla y como consecuencia conseguimos un planeta más limpio de plásticos y envases.
Espero que les guste.
Muchas gracias,
Claudia Lobez